Tablilla con el examen de conciencia

entregada, junto a la descripción, a Juan Pablo II en Nagasaki, el 25 de febrero de 1981, por el japonés, Paul Manji Ijima, de 97años. La tablilla fue confeccionada por los prisioneros del ejército zarista en Japón, durante la guerra ruso – japonesa (1904-1905). Entre ellos había, también, polacos que deseaban confesarse y solicitaron la asistencia de un sacerdote católico. En las proximidades no había ningún religioso que supiera polaco. El padre francés Maxime Puissant obtuvo el permiso de entrada en el campo de prisioneros a los que podía visitar solamente si iba acompañado de un chico japonés, llamado Paul Ijima. Para salvar la barrera lingüística, los soldados escribieron en un papel los pecados contra cada no de los mandamientos del Decálogo. Con el objeto de proteger la hoja, la pegaron sobre una tablilla y, en la parte de atrás, colocaron la fórmula de la absolución en latín. Durante la confesión el penitente indicaba los números escritos en la hoja y, de este modo, confesaba sus pecados. Finalmente, la tablilla terminó en manos del pequeño Paul que durante años la conservaba como una valiosa reliquia y, siendo ya anciano, se la regaló al Santo Padre.