Ref.: Hch 1,1-11; Sal 46; Ef 1,17-23; Mt 28, 16-20
Hoy celebramos el día de la Ascensión del Señor. El Señor vuelve con Su “Familia”. Sí, por decirlo así, llanamente, la Santísima Trinidad son como la Familia de Dios. Son Uno, de manera inseparable.
El Señor le dice a sus apóstoles que vayan a bautizar en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. En el nombre de las tres personas de la Santísima Trinidad. Qué bonito que nos pida actuar en el nombre de los Tres, y qué ejemplo para los matrimonios, que deberíamos actuar siempre en el nombre de los dos. En nuestras decisiones, en nuestros gestos de cariño hacia los demás, en la educación a nuestros hijos… siempre en el nombre de los dos. Qué ejemplo de unión inseparable es para nosotros la Santísima Trinidad.
Muchas veces me había preguntado: Si nuestra relación conyugal fue creada a imagen de la Comunión Trinitaria, ¿Por qué Ellos son tres y nosotros dos? La respuesta es, que la tercera persona de la Santísima Trinidad, la compartimos también nosotros. Es el Espíritu Santo quien nos une, quien nos hace uno, como es el Espíritu Santo el Amor entre el Padre y el Hijo. Es Él quien nos santifica, quien nos transforma en santos. El que transforma nuestro amor de esposos, un amor pobre e interesado, en la Caridad de Dios.
A Jesús se le ha dado todo el poder sobre el cielo y la tierra. No seamos nosotros de los que vacilamos, postrémonos ante Él porque es Él quien puede con todo aquello que nosotros no podemos. Enseñemos a guardar nuestro compromiso de entrega matrimonial (ese único mandato que nos dejó “amaos como yo os he amado”), apoyándonos sin vacilar, en Su infinito poder.
Esposos, sentémonos, hablemos con cariño, y ayudémonos el uno al otro a guardar todo lo mandado. Un objetivo al día ¿Os parece?. Él hará la obra.
El Señor asciende a los cielos y ya está a la derecha del Padre. Qué hermosura poder participar de esa unión, nosotros, unos humildes esposos. ¿Cómo es posible que a veces rechacemos tan inmenso don?. No somos dignos, es impresionante Su generosidad. Alabado sea nuestro Señor. Amén.
José Luis y Magüi
Los autores de esta reflexión son matrimonio español, de Madrid,
empeñado en una pastoral conyugal a base del enseñamento de Juan Pablo II. Para más informacón: ProyectoAmorConyugal.es