El pasado 13 de octubre se ha estrenado en Polonia la película “Dos Coronas” sobre la vida de un siempre inquieto y visionario San Maximiliano María Kolbe, en la que se intercala la parte documental con la ficción. Coproducida por la televisión pública polaca y la fundación filmográfica polaca de San Maximiliano Kolbe, ha sido dirigida por el joven director Marek Kondrat. La parte dramatizada del proyecto ha contado con un ambicioso elenco de actores polacos, tales como Adam Woronowicz, Cezary Pazura, Maciej Musiał, Antoni Pawlicki, Dominika Figurska y Sławomir Orzechowski.
Siguiendo las huellas de un santo
La producción ha seguido las huellas del P. Kolbe en Italia, Polonia y Japón, incluyendo testimonios de expertos, así como de personas que conocieron al santo polaco. “Dos Coronas” quiere abordar los momentos más decisivos, algunos de ellos no tan conocidos, de la vida del santo polaco. Por ello, durante más de 80 minutos, la película reconstruye ágilmente los hitos más importantes de la biografía de San Maximiliano María Kolbe, el fundador de la Milicia de la Inmaculada y de la revista Caballero de la Inmaculada, así como de la Ciudad de la Inmaculada en Polonia (Niepokalanów) y Japón (Mugenzai No Sono), que se consumó martirialmente en el holocausto de la caridad en el campo de exterminio de Auschwitz.
El título de la película alude a la visión que tuvo el pequeño Raimundo Kolbe, en la que la Virgen María le propuso escoger una de las dos coronas que le ofrecía y que simbolizaban la castidad y el martirio. Él eligió las dos, refrendando con su propia vida estos dos ideales. Fue canonizado en 1982 por San Juan Pablo II, el papa polaco.
Coincidencia de los hechos
La aparición de la película “Dos Coronas” coincide con el centenario de la fundación de la Milicia de la Inmaculada. Hace cien años, la celebración del 75 aniversario de la conversión del judío Alfonso de Ratisbona el 20 de enero de 1917 y poco después, el 17 de febrero de 1917, la procesión masónica plantada ante las mismísimas puertas del Vaticano habían impresionado profundamente el ánimo de San Maximiliano. En una Europa inmersa en la I Guerra Mundial, en Rusia la Revolución bolchevique y marxista pretendía erradicar la religión, a la que consideraba como «opio del pueblo». Sin embargo, al mismo tiempo, en la otra punta del continente europeo, en el pueblo luso de Fátima, Nuestra Señora prometía a unos pequeños pastorcitos que su Corazón Inmaculado triunfaría.
Vencer el mal con el bien
Ante la audacia de los enemigos de la Iglesia Católica, el joven Kolbe sentía la necesidad de contraatacar directamente a los servidores del mal y de la corrupción de la moralidad. Planteó a sus superiores su inquietud de instituir una asociación que se empeñara en la lucha contra la masonería y los demás servidores de Lucifer.
En el anochecer del miércoles 16 de octubre de 1917, en una celda del Colegio romano de los franciscanos conventuales en Roma, San Maximiliano Kolbe junto a seis jóvenes frailes más estaban fundando una asociación, la Militia Immaculatae, cuyo fin estatutario buscaba la conversión de los pecadores, de los herejes, de los cismáticos y, en particular, de los masones; así como la santificación de todos bajo el patrocinio y por medio de la Inmaculada. A través de la consagración personal de los mílites como cosa y propiedad de la Inmaculada, la Milicia se serviría de todos los medios legítimos para alcanzar su fin, en especial, la difusión de la Medalla Milagrosa.
Actualmente, la Milicia de la Inmaculada es una asociación internacional pública de fieles, abierta a laicos, a clérigos y a religiosos, que persigue en los cinco continentes el fin apostólico trazado por San Maximiliano Kolbe.
Aposionante vida en la pantalla
Existen numerosos audiovisuales sobre la vida de Kolbe. Por su parte, el film “Maximilian Kolbe” de Krzysztof Zanussi (1991) realiza una interpretación muy subjetiva de la estancia del fraile polaco en Auschwitz. En este sentido, “Dos Coronas” constituye el largometraje más actual que nos acerca de modo ameno y muy documentado a la atrayente figura del P. Kolbe. A la vez, esta obra nos muestra las enormes posibilidades que ofrece la apasionante vida del santo franciscano polaco para abordar de forma definitiva un proyecto cinematográfico que plasme de forma dramatizada en la gran pantalla la historia de la incomparable vida de San Maximiliano.
Miquel Bordas Prószyñski, Madrid