Como en la mayoría de países, en Perú se comienza con los preparativos de Navidad semanas antes. La anticipación es necesaria ya que hay un gran trabajo por delante decorando las casas tanto por el interior como por el exterior y, además, se deben ir escogiendo los regalos para toda la familia. La Navidad al estilo peruano trae consigo numerosas celebraciones en plazas y parques donde amigos y familia se reúnen para escuchar a los coros de niños y adultos entonando villancicos. La celebración de la noche buena es familiar, los niños son el centro de la noche.
En cualquier ciudad de Perú, los centros comerciales se vuelven caóticos. Durante el mes de diciembre, los peruanos recorren las calles para ver tiendas y sentir el espíritu navideño que se respira en cada rincón decorado. Las empresas, en muchas ocasiones, obsequian a sus empleados con una canasta navideña repleta de alimentos típicos de Navidad y un espumante para hacer un buen brindis.
La Nochebuena
Dependiendo de la región, el menú de Navidad puede ser muy variado. Sin embargo, lo más típico en los festejos de Navidad peruanos es encontrarse en la mesa pavo asado, panetón, champagne, pisco y chocolate. También es frecuente el arroz, un indispensable de la gastronomía peruana en todas sus variantes. Se puede degustar, por ejemplo, acompañado de puré de manzana y alguna otra cosa de cada tradición familiar.
Nochebuena, el 24 de diciembre, es una celebración muy familiar y elegante. Por lo general, la mayoría de las familias aprovechan esta ocasión para vestir sus mejores ropas y, por supuesto, para cantar al ritmo de villancicos de gran tradición en Perú.
A medianoche es costumbre felicitar la Navidad entre besos y abrazos. Normalmente, es tarea del más pequeño de la familia colocar la figurita del niño Jesús en el pesebre. Por todas las ciudades, desde los más pequeños a los más grandes, salen a las calles a jugar lanzando pequeños fuegos de artificio que resuenan con una fuerte explosión por las calles de los diferentes barrios.
La misma noche del 24 de diciembre, después de las 12 de la noche, los niños que se portaron bien durante el año abren los regalos que Papá Noel colocó bajo el árbol de Navidad. Por supuesto, asistir a la Misa del Gallo esa noche es esencial para los peruanos. Pese a todo, los que no pueden asistir a ella trasladan su visita a la iglesia para el día 25 de diciembre que es festivo en todo el país.
La Mañana del 25, curiosa resulta la tranquilidad salteada que reina el 25 en la mañana, cuando las calles están desiertas porque todos duermen, menos los niños que hacen escándalo con sus juguetes nuevos y los últimos cohetes. El desayuno para los que están despiertos consta de chocolate caliente con panetón y se suele servir también parte restante de la cena.
El Año Nuevo
Después de haber compartido la noche buena con la familia, las personas se preparan para dar la bienvenida al Nuevo Año. Un nuevo año que todos anhelan empiece y termine, con paz, salud y fortuna, además de concretarse cada uno de los proyectos que tienen en mente.
Para esta fiesta la preocupación ya no radica tanto en la cena como si ocurre en Navidad, sino en cómo dar la bienvenida al nuevo año. Para esta fecha lo que más se comercializa son las prendas íntimas de color amarillo, el cotillón y el licor para el brindis.
Cuando faltan pocos segundos para las doce de la noche, se hace una cuenta regresiva, que lo hace más emocionante aún, la programación de esta noche es toda una fiesta.
Exactamente a la media noche todos se abrazan si están en familia o entre amigos deseando un Feliz Año Nuevo. Luego viene el brindis, que puede ser con un espumante (champagne) e incluso con pisco sour se brinda por todos los buenos deseos y por los proyectos para que se concreten.
Ahora es la oportunidad de las cábalas, como por ejemplo darse la vuelta a la manzana con una maleta vacía para irte de viaje, comer las uvas mientras se pide un deseo por cada una de ellas, o que te echen arroz bajo el marco de la puerta al entrar en sala como augurio de una próxima boda.
Inmediatamente después se procede a la quema del muñeco, que está hecho en base a ropa en desuso, papel y otros, algunos gustan por ponerle nombre relacionado con algún personaje del ámbito político o deportivo. El muñeco se planta en medio de la calle y se aprovecha el fuego para quemar los cohetecillos y otros juegos pirotécnicos. El muñeco representa todo lo malo que se vivió en el año que acaba de terminar.
Luego se procede a cenar, puede ser pavo, pollo o lechón aquí hay una gran variedad depende mucho del gusto de la familia. Terminada la cena los más jóvenes salen en grupo para disfrutar de la noche en alguna fiesta, al aire libre o en alguna discoteca, mientras los más adultos se quedan en casa compartiendo entre conversaciones y seguir continuando con el brindis.
Celadoras del Reinado del Corazón de Jesús