“Ciudad del Vaticano, 8 de febrero de 1994” – en esta fecha San Juan Pablo II emite la publicación, que será destacada como una de sus meditaciones más bellas y profundas. Suscitó un gran interés entre los lectores, pero no a mediados de los años noventa, ni después de su publicación en polaco el 4 de agosto de 2006, o sea después de la muerte del Papa. Wojtyla. El texto ha atraído la atención del público especialmente tras la beatificación de Juan Pablo II en el 2011. Con la aparición de traducciones en italiano, inglés, español y francés. Esto se debe, entre otros, al sacerdote y blogger italiano Mauro Leonardi, que incluyó el texto italiano de la meditación en su libro “Come Gesù. L’amicizia e il dono del celibato apostolico” publicado en 2011 en Milán. El autor conoció esta meditacón solo cuando su libro estaba listo para ser publicado. Sin embargo, decidió colocar la meditación al final del libro precediéndola de unas páginas explicativas, pero señaló la publicación del texto papal en la portada. El objetivo de esta decisión era probablemente dar publicidad a esta meditación desconocida, pero muy interesante e importante, del Papa polaco. También era el propósito de difundir esta meditación por medio del Internet en varias versiones lingüísticas.
Las circunstancias en las que se escribió este texto no son tan importantes como su contenido intemporal, con el que todo el mundo puede identificarse. (Meditación sobre el “don desinteresado”). Sin embargo, merece la pena averiguar sobre la génesis de esta meditación, escrita ya hace treinta años. Que continua cada vez más, a cautivar e inspirar a un mayor número de lectores. Considerando esta propuesta, quisiera compartir algunas conclusiones sobre los orígenes de esta meditación.
¿Qué indica el momento de la creación de la “Meditación”?
Las Naciones Unidas declararon el año 1994 como el “Año de la Familia”. Así fue como se celebró también en la Iglesia católica. Con este motivo, Juan Pablo II preparó un documento especial, la “Carta a las Familias”, que en la versión en latín iniciaba con las palabras “Gratissimam sane”. Esta carta fue publicada oficialmente durante los primeros días de Cuaresma, el 22 de febrero de 1994. La fecha de las “Meditación” (8 de febrero de 1994) es la inmediatamente anterior a la publicación de la “Carta a las familias”.
Vale la pena recordar, que durante ese periodo transcurría una guerra sangrienta en Bosnia-Herzegovina, y Sarajevo estaba asediado. El Papa se esforzaba por hacer posible la realización de misiones humanitarias para salvar a la población civil, especialmente los niños y las mujeres. El domingo 6 de febrero se celebró en la Iglesia italiana la Jornada para la Defensa de la Vida, bajo el lema “La familia es el templo de la vida”. El Miércoles de Ceniza (16 de febrero), Juan Pablo II anunció la promulgación de la “Carta a las familias”, recomendando a los fieles su lectura para el tiempo de Cuaresma. El domingo 20 de febrero, volvió a recordar que la “Carta a las familias” se publicaría dentro de dos días. En esta ocasión, el Papa se refirió a la resolución que tomo el Parlamento Europeo anunciada unos días antes, en la cual se les pedía a los gobiernos de los países de la UE que legalicen las uniones homosexuales.
Juan Pablo II se expresó para el primer domingo de Cuaresma de esta manera:
“[…] todos tenemos gran respeto hacia la Comunidad europea, hacia el Parlamento europeo; conocemos los muchos méritos de esta institución. Pero debemos decir que, con esa resolución del Parlamento europeo, se ha querido legitimar un desorden moral. […] Sin la fundamental conciencia de las normas morales, la vida humana y la dignidad del hombre están expuestas a la decadencia y a la destrucción. […] Una unión de dos hombres o dos mujeres no puede constituir una verdadera familia, y menos aún se puede conceder a tales uniones el derecho a adoptar niños huérfanos. […] No puede constituir una verdadera familia el vínculo de dos hombres o dos mujeres, y mucho menos se puede a esa unión atribuir el derecho de adoptar niños privados de familia. A esos niños se les produce un daño grave, pues en esa «familia suplente» no encuentran un padre y una madre, sino «dos padres» o «dos madres». Confiamos en que los Parlamentos de los países de Europa sepan tomar las distancias sobre este punto y, con ocasión del Año de la familia, protejan las familias de antiquísimas sociedades y naciones de este peligro fundamental”.
Ciertamente, las amenazas a la familia, al matrimonio, a la dignidad de la vida humana, ya estén relacionadas sea con el drama de los conflictos armados, como con los cambios promovidos en el campo de la cultura contemporánea que estabanfijos en la conciencia del Santo Padre mientras preparaba la publicación de la “Carta a las Familias”. Esto se refleja, en cierto modo, en la visión de la confrontación entre la civilización del amor y la civilización del egoísmo que se encuentra en las páginas de este documento (cfr. n. 13).
“Carta a las Familias”
El documento, presentado oficialmente el 22 de febrero de 1994, se divide en dos partes: La primera, “La civilización del amor”, presenta una visión antropológica y teológica del matrimonio y de la familia; la segunda, “El Esposo está con vosotros”, muestra los medios sobrenaturales por los que pueden desarrollarse el matrimonio y la vida familiar.
En la primera parte, hay un capítulo bastante extenso titulado “La entrega sincera de sí mismo” (versión latina: “Sincera sui donatio”, n. 11). Las secciones inicial y final del capítulo tratan de la donación desinteresada en el contexto de la relación matrimonial entre un hombre y una mujer, pero la mayor parte del capítulo está dedicada en entender al niñocomo un don.
Juan Pablo II escribió en el citado capítulo de la “Carta a las Familias”:
“Esta es la verdad evangélica de la entrega de sí mismo, sin la cual el hombre no puede ‘encontrarse plenamente’. […] Tantos hombres y mujeres hacen propria esta verdad llegando a entrever que solo en ella encuentran la ‘la Verdad y la Vida’ (cfr. Jn 14,6). Sin esta verdad, la vida de los esposos no llega a alcanzar un sentido plenamente humano. […] La conciencia de la entrega sincera de sí, mediante la cual el hombre ‘se encuentra plenamente a sí mismo’, ha de ser renovada sólidamente y garantizada constantemente, ante muchas formas de oposición que la Iglesia encuentra por parte de los partidarios de una falsa civilización del progreso” (n. 11).
Dada la estructura y el mensaje de este documento, es muy probable que la “Meditación sobre el don desinteresado” se escribiera en el contexto de los trabajos sobre la “Carta a las familias”. Es difícil saber si en el primer momento el textoconstituía un fragmento que se extrajo del conjunto de la Carta en la fase final. Tal vez más tarde, una vez concluidos los trabajos sobre la “Carta a las familias”, Juan Pablo II afinó el tema de la “teología del don de sí mismo” en un texto seprado y en una perspectiva ligeramente distinta, es decir, la comunión complementaria del hombre y la mujer, su amor y lo que el Papa llamó “el genio femenino”. La meditación contiene también un testimonio personal del Papa. Desde el primer momento, el texto editado se dejó de lado, quizás se esperaba otra ocasión más oportuna para su publicación.
Huellas
El profesor Stanisław Grygiel, dio un discurso con ocasión de recibir el doctorado honorario por la Universidad Católica del Cardenal Stafen Wyszyński, en Varsovia el 30 de junio de 2021. Hacia el final de su discurso se refirió al texto de la “Meditación”, añadiendo que: “Juan Pablo II escribió con su puño y letra en el sobre en el que metió los dos últimos párrafos de las ‘Meditación sobre el don desinteresado’: ‘Después del retiro’”. Cabe señalar que el profesor no habló en esta ocasión sobre la génesis del texto. Sin embargo, esta frase indica que el profesor Grygiel colaboró con el Papa en la redacción de esta “Meditación” y que había una parte escrita e impresa, a la cual el Santo Padre le añadió otra parte. Sospecho que estos “dos párrafos” no significan necesariamente párrafos en la forma de publicación actualmente conocida y que puede tratarse de la quinta parte de las “Meditación” titulada “Totus Tuus”. Lo cual es el testimonio personal de Juan Pablo II y su experiencia del don del otro.
De este modo, la teología del don desinteresado ha adquirido un sentido aún más universal, incorporando a la visión de las relaciones humanas aquellos hombre y mujeres que viven el celibato. De esta frase también se puede deducir que en aquel momento, el 8 de febrero de 1994, se estaba trabajando en el texto de las “Meditaciones” como documento aparte o declaración papal. La adición “Después del retiro” probablemente significaba que el Papa quería volver a trabajar en este texto después del retiro de Cuaresma para la Curia Romana, que comenzó el 20 de febrero de 1994 y duró una semana, y que en aquel momento estaba dirigido por el cardenal Giovanni Saldarini (fallecido en 2011).
Por lo que he podido determinar que uno de los colaboradores de Juan Pablo II tuvo que haber encontrado este texto después de su muerte, tipeado y firmado por el Papa, en un cajón de la oficina de la Sección Polaca de la Secretaría de Estado. Su publicación tuvo lugar dieciséis meses después de la muerte del Santo Padre. El hecho de que se publicara en el órgano oficial de la Santa Sede, “Acta Apostolicae Sedis. Cemmentarium Officiale”, tiene un significado importante. Cabe destacar que en este órgano del Vaticano se publican los documentos doctrinales y discursos más importantes, así como los actos jurídicos. El octavo número de este órgano, del 2006, recoge los decretos aún inéditos redactados en latín de varios procesos de beatificación que concluyeron durante el pontificado de Juan Pablo II y que fueron firmados en nombre del Papa por el Secretario de Estado. Al final del número se incluye esta “Meditación sobre el don desinteresado” en polaco. Supongo que se dieron cuenta de que este texto no sólo estaba firmado por el Papa durante su pontificado, sino que representaba una importante vertiente de la antropología cristiana y de la teología del amor, de ahí la decisión de publicarlo en un órgano oficial. Su viaje desde el Vaticano hacia las manos de los lectores ha sido por la gracia de la acción del Espíritu Santo y de los medios de comunicación, incluido Internet, que han servido para difundirlo.
Andrzej Dobrzyński